La leyenda de la quemada es uno de los relatos más difíciles de describir, ya que narra la historia de un amor intenso con situaciones realmente terroríficas. A continuación, te la contamos:
La leyenda de la quemada
Nuestra historia comienza en la época colonial, cuando el país era conocido como “la Nueva España”.
Se dice que por el siglo XVI una joven llamada Beatriz y su padre Gonzalo Espinosa de Guevara emigraron desde España para establecerse en lo que hoy es la Ciudad de México.
Don Gonzalo era una persona muy rica que siguió con sus negocios en su nuevo hogar con el objetivo de incrementar aún más su fortuna.
Por otro lado, Beatriz era una mujer hermosa que encantaba a todos los hombres que tenían contacto con ella. Además, era una persona muy noble y humilde. Según cuentan, en diversas ocasiones se desprendió de sus joyas en plena calle para regalarlas a las personas más necesitadas del pueblo. Por estas razones contaba con un sinfín de pretendientes.
La vida transcurría en paz para ambos hasta que llegó a la ciudad el italiano Martin de Scopoli quien quedó completamente enamorado de Beatriz en un instante.
Su atracción era tal que decidió vivir en la calle de la joven para evitar que otros muchachos pudieran acercarse a ella. En varias ocasiones Martin mató a otros hombres que querían desposarla.
Debido a esta situación, Beatriz comenzó a sentirse cada vez más culpable de la muerte de aquellos que deseaban ser su esposo. La tristeza llegó a tal punto que un día le pidió a su servidumbre que la dejarán sola en su cuarto.
Cuando todos se fueron tomó unas brazas de carbón caliente y se las pego a la cara con el objetivo de desfigurar su hermoso rostro para que nadie más tratará de casarse con ella.
Obviamente esa acción le provocó un dolor atroz que la hizo gritar tan desgarradoramente que todos sus vecinos corrieron a su auxilio.
Al verla con un velo negro lleno de carne quemada y sangre, aquellos que la deseaban se alejaron de ella inmediatamente.
Después de unos minutos también llegaría Martin de Scopoli quien en vez de huir o alejarse se quedó con ella. El italiano le confesó que su intenso amor no era generado por su increíble belleza sino por la nobleza y ternura de su corazón.
Él no se enamoró de un cuerpo, no veía a una mujer desfigurada; para sus ojos seguía siendo la misma joven de la que se enamoró.
Como era de esperarse Beatriz por fin aceptó al chico y celebraron su boda, desde ese entonces la calle donde vivía con su padre pasó a llamarse: “La calle de la quemada”.
La historia de Beatriz la quemada es de las leyendas mexicanas más trágicas, ya que su amor pudo concretarse sin necesidad de que experimentará tanto dolor.
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